lunes, 19 de octubre de 2015

Un viaje a pasos agigantados. Irlanda.

Hoy hacemos un cambio radical de ruta para irnos directos a Irlanda... Al igual que Argentina, Irlanda también es un destino el cuál siempre volveremos a pisar pues es un país con una calidad absolutamente bella en sus tierras y en todos sus rincones... Para estrenar nos en Irlanda nos vamos a ir directos a lo que se llama "La Calzada de los Gigantes". Un lugar está lleno de historia.

Este bello lugar está formado por unas 40.000 columnas de basalto, las cuales provienen del enfriamiento de la lava que sucedió hace unos 60 millones de años. Situado en la costa nororiental de la Isla de Irlanda, este bello lugar se encuentra a unos 3 kilómetros al norte de Bushmills en el condado de Antrim.

Ahora vamos a darle su lugar a la historia... Según cuenta la leyenda, existían dos enormes y gigantescos gigantes, uno que era de Irlanda llamado Finn y otro proveniente de Staffa llamado Bennandoner. Estos gigantes se llevaban extremadamente mal hasta el extremo de que se tiraban rocas mutuamente el uno al otro, desde una punta a la otra. Debido a este echo (a que se tiraran rocas) se dice que fue lo que ocasionó que se formara un campo de piedras en pleno mar. El gigante escoces, cansado se tirarle piedras a su enemigo, decidió pasar el camino de rocas hasta llegar a su adversario para así poder derrotarlo. Éste fue salvado por su astuta mujer llamada Oonagh la cuál para salvarlo  vistió a su marido de bebé. Al llegar el gigante escoces y ver que su enemigo era un enorme bebé, decidió volverse para salvar su vida pues aún siendo él más fuerte que su adversario pensó que si esas dimensiones eran suyas así de bebé, su padre sería tres o cuatro veces más grande. A la vuelta a casa,  Bennandoner se volvió pisando muy pero que muy fuerte las rocas para que se hundieran en el mar y que así ningún otro gigante pudiera llegar a Staffa.

Ahora llega la parte de la ciencia... El proceso geológico qué explica la formación de las columnatas basálticas es muy simple. La lava incandescente en una chimenea volcánica puede llegar a enfriarse in situ cuando el volcán o caldera cesan su actividad eruptiva. Este enfriamiento es el ocasionador que da origen a la formación de basalto, roca cristalina con cristales muy diminutos debido a que su fue muy rápido y con una presión mucho más baja que las que soportan las rocas ígneas, las cuales a su vez dan origen a la formación de granito en mayores profundidades. Es más, el basalto se va formando en la superficie de la lava del cráter y va progresando en profundidad. A medida que éste se va disminuye en volumen dando lugar a prismas hexagonales.

Lejos de esta mezcla de historia y ciencia, este lugar se dice que fue descubierto en 1.693, siendo en 1.986 declarada Patrimonio de la Humanidad y Reserva Natural Nacional en 1.987

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