
Esta maravillosa y bella cuidad fue conquistada en el siglo VII por el Califa Omar, pero no sería hasta el año 1.100 (durante la primera Cruzada) cuando Balduino I de Jerusalén realizaría diversas incursiones en la llamada Transjordania, la cuál significa, más allá del Jordán. Este destacado cambio tenía el objetivo de controlar a las caravanas de camellos que cruzaban los territorios de la actual Jordania. Durante dichas cruzadas, los francos se hicieron con el control de toda la región. En el año 1.189 Saladino ocupó toda Transjordania y se mantuvo bajo el gobierno de la dinastía ayubí hasta que en 1.259 pasase a ser manos de mamelucos, siendo en 1.517 mano de los Otomanos. Esta expansión de los Otomanos fue en los tiempos de Selim I el cuál entró en guerra con el Imperio de Safávida por sus grandes diferencias allá por el siglo XVI, quedando los territorios de Jordania en medio de dicha pelea. Cuando la decadencia absoluta llegó al reino de Safávida, los territorios que estaban situados al este del Jordán fueron administrados por los turcos Otomanos aproximadamente desde 1.518.
Entre 1.900 y 1.908 los otomanos fueron los encargados de iniciar la construcción del ferrocarril del Hiyaz, que atraviesa la actual Jordania, y que tenía el principal objetivo de facilitar la peregrinación a La Meca desde Damasco. Este fue uno de los cambios decisivos para la ciudad ya que hizo mejorar en todos los sentidos el desarrollo de la actual Jordania.

El mandato que os hablaba antes sobre Transjordania terminó el 22 de Mayo de 1.946, convirtiéndose así el 25 del mismo mes en el Independiente Reino de Hachemita de Transjordania. Obviamente con Abdalá I como su primer Rey. Aún que esto fuera así el tratado especial de defensa que tenían establecido con el Reino Unido no finalizaría hasta 1.957. El Reino de Transjordania estuvo en contra de la creación de Israel en Mayo de 1.948 tomando parte de la guerra entre los estados Árabes y el nuevo Estado. El 3 de Abril de 1.949, los armisticios dejaron a Jordania el control de Cisjordania. Un año después, en 1.950, el país fue nuevamente renombrado como "Reino de Hachemita de Jordania" al incluir aquellas partes de Palestina que se encontraban anexadas por su primer rey Abdalá. Después de que Siria y Egipto se unieran bajo la República Árabe Unida allá por el 1.958, los reinos Hachemitas de Jordania e Irán se unieron bajo el nombre de Federación Árabe de Irak y Jordania. No obstante, un golpe del Estado militar en Irak (liderado por Abdul Karim Qasim) finiquitaría la unión con Jordania.

Cómo bien os decía antes, Petra es la joya más preciada de Jordania, siendo además una de las maravillas del mundo. Esta ciudad, sin despreciar las demás, hace que merezca muy mucho la pena visitarla. Su perfecta combinación de arquitectura prodigiosa tallada en la roca y entorno natural deslumbrante seguirá hechizando durante siglos a cualquier viajero. Otro punto fuerte que nos presenta la ciudad y no precisamente por su patrimonio histórico / artístico es AMMÁN. En la capital de Jordania se encuentran en su casco antiguo restos conservados del Teatro, el cuál justamente al lado se encuentra situado un interesante museo arqueológico. También se encuentran el foro y el templo de Hércules. Ammán, al ser la capital de Jordania, muestra al viajero la versión más cosmopolita y moderna del País con una oferta comercial muy variada entre los Zocos tradicionales.
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